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Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #bebe, #descanso, #consejos, #bienestar
Una vida de padres caótica no sería tal si no estuvieran las noches de llantos y sueños entrecortados. Pero esta vida resulta hermosa si comprendemos los tiempos de descanso, el proceso de adaptación que deben hacer y el sueño del bebé recién nacido.
Tu bebé está en una etapa en la que los cambios se suceden a una velocidad tal que no puede compararse con ninguna otra etapa de su vida.
Ni siquiera en la adolescencia crecerá y cambiará con tal rapidez. No te olvides de que ha pasado de vivir en un medio acolchado y seguro, a tener que dormir en una cuna, muy bonita, pero mucho menos confortable que tu barriga.
En este artículo, abordaremos cómo funciona el sueño del bebé y sus fases y cómo adaptarlo a un hábito de sueño.
Comprender el sueño de los bebés es crucial, ya que difiere significativamente del de los adultos. Mientras los adultos destinan aproximadamente 8 horas al descanso, los bebés pasan esa misma cantidad de tiempo despiertos.
Sus 16 horas de sueño se ven interrumpidas cada tres horas para alimentarse. Intentar que se adapten rápidamente a los horarios adultos es contraproducente.
Por lo tanto, resulta más práctico que desde el principio, los padres acepten que sus concepciones sobre el descanso, hasta ese momento, experimentarán una transformación radical durante los primeros meses de vida del bebé.
Una de las claves para conocer a tu bebé y también para ayudarlo a conciliar el sueño, es prestar mucha atención al sueño del recién nacido para conocerlo mejor y ayudarlo a descansar.
Similar a los adultos, los bebés tienen sus peculiaridades al dormir. En el sueño del bebé, destacan dos fases: el sueño profundo y el sueño ligero. A continuación profundizamos en qué consisten ambos:
En el sueño profundo el bebé tiene una respiración regular y profunda. Su postura en la cama es de entrega total, tiene el cuerpito relajado y en general tiene las manos abiertas, las facciones se ven tranquilas y sonrientes.
Despertarlo en esta etapa del sueño es altamente molesto para el bebé, quien se siente de pronto tironeado desde lo más profundo de su calma.
La fase de sueño ligero es muy fácil de reconocer porque a pesar de que tiene los ojos cerrados, si miras con atención vas a detectar movimientos rápidos del globo ocular debajo de los párpados.
Otras señales de que está en esta fase son las manos cerradas, el ceño fruncido, se mueve ligeramente y su respiración es irregular.
Si necesitas despertarlo, es recomendable hacerlo en voz baja y con los movimientos lentos para que el despertar no se viva como un tormento y resulte un momento tan placentero como el dormir.
Aunque el insomnio podría aparecer solo en los adultos, los pequeños también se pueden enfrentar a este problema debido a ciertos trastornos del sueño comunes en la infancia. A continuación te los compartimos para que sepas identificarlos.
Uno de los trastornos más comunes, que suele aparecer a partir de los 2 años. Se manifiesta con despertares llorando o buscando consuelo. Tranquilízalos explicándoles que lo que vieron no es real y fomenta que compartan sus sueños para disminuir su impacto. Evita historias de terror antes de dormir.
Menos frecuentes pero más intensos que las pesadillas. Incluyen gritos y episodios de confusión, y es probable que el niño no recuerde nada al despertar. Para combatirlos, identifica la hora y despiértalo unos minutos antes.
Se caracteriza por levantarse y realizar actividades mientras está dormido. Aunque generalmente no es peligroso, toma precauciones para evitar accidentes. No intentes despertarlo, llévalo con delicadeza a su cama. Asegura puertas y ventanas y, si es recurrente, identifica la hora y despiértalo antes.
Por lo general, este trastorno consiste en que tu bebé se despierta durante la noche y por algunos segundos balbucea para después volverse a dormir. Rara vez escucharás alguna palabra con claridad, ya que tu pequeñ@ no está consciente de lo que está diciendo.
Si es muy repetitivo, puedes aminorarlo siguiendo el mismo consejo para combatir el sonambulismo y el terror nocturno.
Similar al terror nocturno, pero menos intenso. Despertar confundido y decir palabras sin sentido son características. Las medidas a tomar son similares a las mencionadas anteriormente.
Ante cualquiera de estos casos, se recomienda consultar al médico, sin embargo, existen síntomas que requieren un punto de vista mucho más especializado:
Debes estar alerta a cómo duerme tu bebé, ya que además de ayudarle a tener un mejor desarrollo, podrás evitar problemas de sueño que también pueden afectarte a ti. Mantente atenta y sigue al pie de la letra las indicaciones del médico.
Recién a partir de los 3 meses es posible para el pequeño adaptarse y tener fases del sueño de un bebé más prolongado por la noche (6 horas). Te vas a dar cuenta por qué en ese mismo periodo el bebé se presta naturalmente a estar más tiempo despierto durante el día.
Si tu objetivo es establecer hábitos de sueño en tu bebé, se recomienda esperar al menos los primeros 3 meses.
Mientras te ajustas a las noches con tu bebé, aprovecha para disfrutar del hermoso proceso de aprender junto a él. Mientras exploras las características del sueño de un recién nacido, tu bebé se adapta gradualmente a este nuevo mundo que se le presenta.
Todos los bebés son distintos y en consecuencia cada uno tiene necesidades diferentes. Lo cierto es que entre más pequeño es un bebé, más tiempo necesita dormir: ¡a veces los recién nacidos pueden dormir hasta 18 horas al día!
Además de que aún no han aprendido a regular su organismo, los recién nacidos prácticamente se despiertan cada vez que sienten hambre, por lo que durante los tres primeros meses suelen despertarse muchas veces durante la noche para comer.
A los bebés les toma algo de tiempo comprender cuándo es de día y cuándo es de noche, por lo que los primeros meses serán complicados. Lo normal es que tu bebé empiece a dormir noches completas alrededor de los seis meses, ¡así que mucha paciencia!
El sueño es esencial para que tu bebé tenga energía, pero además cuando está dormido su organismo libera hormonas de crecimiento que son imprescindibles para su buen desarrollo.
Conforme tu bebé vaya creciendo podrás hacer que las siestas durante el día duren menos para ayudarlo a que duerma toda la noche. Pero debes tomar en cuenta que durante los primeros meses es muy importante que duerma todo el tiempo que necesite.
Procura que su habitación no tenga demasiada luz, pero que tampoco esté completamente a oscuras. La luz natural en pequeñas cantidades es buena para ayudarle a regular su ciclo circadiano, es decir, el reloj interno que le dice a nuestro organismo cómo funcionar durante el día y cómo funcionar durante la noche.
Es importante conocer las fases del sueño del recién nacido y entender que todos los bebés son diferentes y algunos tardan más que otros en adoptar hábitos compatibles con los de mamá y papá.
Lo cierto es que los primeros meses es prácticamente imposible controlar sus horas de sueño, por lo que quizás el mejor consejo que podemos darte es que cuando tu bebé esté dormido, ¡aproveches para tomar una siesta!
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