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Más Abrazos // Jueves 1 Octubre, 2020 // #salud, #cuidados, #desarrollo
Cuando comiencen a salirle los primeros dientes de leche a tu bebé, es posible que comience a rechinarlos, a esto se le conoce como bruxismo. Por lo cual es muy importante que estés familiarizada con este padecimiento para que sepas qué hacer si se llega a presentar en tu pequeñ@.
El bruxismo se produce debido a la contracción repetitiva y violenta de los músculos de masticación sin propósitos funcionales, es decir comer, acarreando el rechinamiento de los dientes, y en consecuencia, su desgaste. Además, este trastorno puede producir dolores de cabeza, cuello, oído y mandíbula.
Existen dos tipos:
Entre las causas, se encuentran las de origen psicológico: aquellas alteraciones que pueden provocar tensión o estrés, como la hiperactividad o la ansiedad; y las de origen físico: la aparición de dientes nuevos, una mala posición de los mismos o incluso también se llega a asociar con la presencia de parásitos intestinales, debido a la incomodidad que provocan durante la noche.
En la mayoría de los casos, el bruxismo desaparece espontáneamente con la aparición de los dientes definitivos, sin embargo, existen factores psicológicos y físicos que pueden extender este trastorno incluso cuando tu bebé ya tenga sus dientes finales, en ese caso, o si el dolor es en cabeza, oídos y mandíbula se agudizan, requerirá de un tratamiento.
El tratamiento consiste en la colocación de una plaqueta de plástico que recubre los dientes superiores para que no se desgasten si se aprietan o rechinan. Si el bruxismo no llega a desaparecer debido a una mala mordida, será necesario realizar un tratamiento de ortodoncia.
Como en la mayoría de los padecimientos, la detección temprana es de suma importante para evitar complicaciones. Con esto en mente, pon atención a las señales y síntomas de tu bebé, siempre manteniéndote informada con su pediatra.
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